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miércoles, febrero 15, 2012


MAL CONSENTIDO
LA COMPLICIDAD DEL ESPECTADOR INDIFERENTE
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CAPITULO 5
LOS ALEGATOS DEL ESPECTADOR (II)

Esa falsa tolerancia (1) 

Tolerancia es la virtud -central en una sociedad pluralista-  por la que nos abstenemos de impedir u obstaculizar la creencia, práctica o conducta que nos resultan objetables. Tenemos razones contra lo tolerado y alguna capacidad de no tolerarlo, pero contamos también con otras razones de índole superior (epistémicas, políticas, y finalmente morales) que nos obligan a aceptar el derecho del otro a vivir según esa creencia o a expresar una conducta u opinión que íntimamente  rechazamos. Pero no hay tolerancia sin límites y no cabe tolerar al intolerante, es decir, a quien niega el respeto que todos nos debemos. Sin reciprocidad en la tolerancia, no hay pluralismo posible. Sería un resultado obvio de  aplicar a nuestro objeto el principio de no-contradicción, como concluía Bobbio: “la tolerancia debe ser extendida a todos, excepto a aquellos que niegan el principio de tolerancia o, más brevemente, todos deben ser tolerantes excepto con los intolerantes”.

Adversarias de la tolerancia son, pues, tanto la fanática intolerancia como una tolerancia insensata por indiscriminada. Si la primera es la propia del perpetrador del crimen o del abuso que causa víctimas, la segunda caracteriza más bien al espectador que no toma partido. Una y otra se basan en malas razones, pero mientras aquella intolerancia las aduce para imponer prohibiciones, a la tolerancia que ahora cuestionamos le sirven para ampliar el espacio de lo permitido. No puede haber enemigo mayor de una tolerancia verdadera que la incapacidad de discernir entre esa verdadera y otra falsa; o sea, entre lo que debe tolerarse y lo que no. Y en esta confusión chapotean hoy demasiados espectadores que consienten iniquidades más o menos cotidianas... por (supuesta) tolerancia.

A decir verdad, tanto se pervierte la tolerancia cuando proviene de un defecto de convicciones propias como de defectuosas razones para tolerar. No hay siquiera lugar a tolerar  conductas u opiniones ajenas en el caso de que no nos disgusten  ni, por tanto, nos despierten una tendencia a reprobarlas. O sea, cuando apenas plantearan algún desafío a nuestras creencias, sencillamente porque éstas no fueran lo bastante firmes y estuviéramos dispuestos a renunciar a ellas al menor embate que las pusiera a prueba.  En puridad tampoco habría tolerancia si las razones en que se basa el rechazo espontáneo no pasaran de simples prejuicios sin el menor sustento razonable; o sea, cuando en rigor no hay nada que tolerar. Ni la habría allí donde nos desentendiéramos del valor de las opiniones contrarias o de las consecuencias para la vida común de esa conducta que más o menos repudiamos. Viniendo a las razones para tolerar, también en esta dimensión puede suscitarse una falsa tolerancia. La razón epistémica chocaría con la convicción de que, fuera de la  ciencia, no hay verdad y por ello todo es tolerable. El ideal político democrático, rebajado a un mero ejercicio y recuento del sufragio, podría degradarse hasta acoger incluso a quienes traman subvertirlo. Y, desde un punto de vista moral, para este tolerante sin principios el afectado respeto del otro y de su autonomía se confunde a menudo con el puro desinterés hacia el prójimo.

A falta de sólidos apoyos resulta entonces probable que la tolerancia se diluya en cálculos o argucias prudenciales, y de una prudencia tan roma que sería indiscernible de la pura torpeza o de la cobardía. So capa de tolerancia puede esconderse no menos una especie de contrato de mutua conveniencia: tolero lo que tú haces o dices a fin de que toleres lo que a mí se me ocurra decir o hacer. En cualquiera de estos supuestos  la tolerancia habría cedido su puesto a una mayor o menor indiferencia. Si la verdadera tolerancia  implica un poder contenido en su sujeto, esta otra venida a menos pregona la impotencia moral de quien no es capaz de enjuiciar (y condenar, si preciso fuera) ni, después, de tolerar conforme a alguna justificación defendible. En una sociedad así el ideal de un acuerdo racional progresivo es desplazado por el ideal de tolerancia hacia todos los puntos de vista. Tal vez le sigan llamando tolerancia, aun cuando sea cualquier cosa menos una virtud.

 El rincón del moralista
http://www.fronterad.com/?q=node/4728

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lunes, febrero 13, 2012

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Te amé desde el suburbio desollado de mis días,
en mis mares omitidos de playas y mareas.
Al costado de la vida programada por los jueces,
en el sótano del tiempo embotado de lirismo.

Te amé a pecho abierto en la batalla,
en las crisis urbanas del amor envejecido.

Me sostuve en el silencio amoral de tu castigo
cuando tu voz de sentencia se negaba a la palabra.

Te amé desde mis huesos de animal salvaje
cuando el sol se iba como un pájaro afligido
a refugiarse cansado detrás de la alborada.
Cuando el diáfano derrumbe del crepúsculo
cabía anticipado en una nueva madrugada,
y eran conos oscuros de sombra y precipicio
las líneas paralelas de las huellas de tus ojos.

Te amé desde mi sangre como a un vicio
en la inquietud de mis anhelos presunciosos.
Con el grito borracho de gemidos sediciosos,
y los iris azorados en la heredad de tu caldera.
Cuando siendo obrero y peón de tu cintura
intenté tallar tu corazón desde un poema.

Te amé mujer sin tiempo... ¿lo recuerdas?
Eras para entonces
solo piedra y cobre en la cantera.

 Walter Faila
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Te amé…(Escultura de lujo)
De Corazón Silvestre

domingo, febrero 12, 2012

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"Adoro el arte, cuando estoy solo con mis notas, 
los latidos de mi corazón y las lágrimas caen, 
mi emoción y placer son inmensos"

Giuseppe Verdi

miércoles, febrero 08, 2012

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Artista del mes...
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Antoni Gaudí
Reus 1852 - Barcelona 1926
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Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, Barcelona 1882-*
 Fachada de la Pasión
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Templo Expiatorio de la Sagrada Familia
Fachada del Nacimiento
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 Templo Expiatorio de la Sagrada Familia
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 Templo Expiatorio de la Sagrada Familia
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 Capricho de Gaudí, Comillas (Cantabria) 1883-1885
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 Casa Vicens, Barcelona 1883-1888

 Casa Vicens
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 Palacio Güell, Barcelona 1885-1889
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Palacio Güell
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Palacio Güell

Palacio Episcopal de Astorga (León), 1889-1915
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Casa Batlló, Barcelona 1904-1906
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Casa Batlló

 Casa Batlló
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Casa Batlló
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Casa Batlló
Casa Milà "La Pedrera", Barcelona 1906-1912
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 Casa Milà
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Casa Milà
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Casa Milà
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Casa Milà
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 Cripta de la Colonia Güell, Barcelona 1908-1915
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 Cripta de la Colonia Güell

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martes, febrero 07, 2012

lunes, febrero 06, 2012

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Dánae y la Lluvia de Oro
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 Edward Burne-Jones. Dánae

Fue en el golfo de Tirinto, en la ciudad de Argos, donde nació la bella Dánae fruto de la unión de Acrisio y su esposa Eurídice.

La capital de toda la Argólide estaba gobernada alternativamente por los hermanos mellizos Acrisio, padre de Dánae y Preto, hijos del guerrero Abante y Aglaya. Ajena a la rivalidad existente entre los hermanos motivada por la alternancia en el trono, Dánae vivió una infancia feliz. La imposibilidad de Acrisio de tener un descendiente varón y las miradas de Preto hacia su hija, elevaron las tensiones y provocaron una incontrolada ira al pensar que su heredero sería hijo de su hermano y de su hija.

Henri Fantin-Latour. Dánae

Las sospechas y la cólera le llevaron a consultar al Oráculo sobre el devenir y la respuesta de éste no pudo ser más terrible ya que le comunica que jamás tendría hijos varones y que sería un hijo de Dánae, su nieto, quien le iba a dar muerte.

Acrisio, preso de la ira y el miedo decide encerrar a su hija en una torre de bronce para evitar el contacto entre su hija y su hermano y romper de esta manera cualquier posibilidad de que las temibles advertencias del Oráculo se produjeran.

Edward Burne-Jones. Dánae y la Torre de Bronce

Sin embargo, el caprichoso Zeus, la descubrió y quedó prendado de su belleza y usó una de sus habituales artimañas para llegar hasta ella.

Era una noche estrellada y Dánae estaba recostaba sobre su lecho mientras soñaba con su libertad cuando vio, cómo por una rendija aparecía Zeus, que transformándose en una suavísima lluvia de oro entraba en su habitación y gota a gota iba cayendo sobre su cuerpo desnudo. En un abrazo de luz, Zeus la posee introduciendo a través de su dorada lluvia la semilla de una nueva vida, el futuro héroe Perseo.
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Tiziano. Dánae
Museo Nacional de Capodimonte, Nápoles
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Dánae suplica a Zeus que la libere de su cautividad a lo que el dios responde pidiéndole calma y prometiéndole su ayuda desaparece de la estancia dejándola nuevamente sola. Momentos después Acrisio sospecha que su hija ha sido poseída por su hermano Preto y con pavor a que los vaticinios del Oráculo se cumplan, siguió cruelmente las reglas que imponía la tradición: arrojar a la criatura al agua más cercana para darle muerte, en este caso al mar. 

Giovanni Battista Tiepolo. Júpiter y Dánae

Así iniciaron Dánae y su hijo nacido, Perseo, el viaje dentro de un arcón que con la ayuda de Zeus, el viento y las mareas impulsadas por Poseidón, les llevaría a la isla de Séfiros donde los recogió y acogió el pescador Dictis, hermano del tirano Polidectes que gobernaba el lugar y que quedó al momento de verla, atrapado irremediablemente por su belleza. 

 William Waterhouse. Dánae

*  "Dánae" fue exhibida en 1892 en la Royal Academy de Londres y se expuso más tarde ese mismo año en la Exposición de Otoño de Liverpool. En 1909, fue adquirida para la colección privada de la Sra. Julia Ellsworth Ford que residía en Nueva York. 
En 1947, se informó del robo del cuadro de su casa y no se ha sabido de él desde entonces. 
Unicamente se tiene constancia del cuadro por esta reproducción en blanco y negro que se publicó en Fotos de la Real Academia en 1892 y Notas de la Academia, 1892.
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Polidectes ve al joven Perseo como un impedimento para alcanzar el amor de Dánae por lo que crea una estratagema que consistía en hacer creer a todo el mundo que pretendía conquistar a la princesa Hipodamía  y pidió a los habitantes de la isla que le entregasen un regalo cada uno como presente para poder ofrecer a su vez como regalo a la princesa. Perseo dijo que no pondría reparos a regalar cualquier cosa incluso la cabeza de Medusa, que podía convertir en piedra a los hombres sólo con su mirada por lo que el tirano, aceptando su promesa, lo envía en busca de la cabeza de la Gorgona. 

Jacob van Loo. Dánae

Cuando Perseo regresa victorioso con la cabeza de Medusa se entera de los motivos del plan que había urdido el tirano para alejarlo y las tremendas amenazas que había sufrido su madre en su ausencia y mediante la cabeza de la Gorgona lo convierte en piedra junto a todos sus servidores.
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Tintoretto. Dánae

Después de que Dictis fuera proclamado Rey de Séfiros, Dánae y Perseo iniciaron el viaje de retorno a Argos, donde la bella vuelve a  reencontrarse con su madre Eurídice y Perseo busca a su abuelo Acrisio, a quien tal como el Oráculo había predicho, mató sin querer.

 Rembrandt. Dánae
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sábado, febrero 04, 2012

Así es mi vida,
piedra,
como tú; como tú,
piedra pequeña;
como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centellas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una Lonja,
ni piedra de una Audiencia,
ni piedra de un Palacio,
ni piedra de una Iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que, tal vez, estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera ...
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jueves, febrero 02, 2012

 "Filantropía"
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 "Los famas son capaces de gestos de una gran generosidad, como por ejemplo cuando este fama encuentra a una pobre esperanza caída al pie de un cocotero, y alzándola en su automóvil la lleva a su casa y se ocupa de nutrirla y ofrecerle esparcimiento hasta que la esperanza tiene fuerza y se atreve a subir otra vez al cocotero. El fama se siente muy bueno después de este gesto, y en realidad es muy bueno, solamente que no se le ocurre pensar que dentro de pocos días la esperanza va a caerse otra vez del cocotero. Entonces mientras la esperanza está de nuevo caída al pie del cocotero, este fama en su club se siente muy bueno y piensa en la forma en que ayudó a la pobre esperanza cuando la encontró caída.

Los cronopios no son generosos por principio. Pasan al lado de las cosas más conmovedoras, como ser una pobre esperanza que no sabe atarse el zapato y gime, sentada en el cordón de la vereda. Estos cronopios ni miran a la esperanza, ocupadísimos en seguir con la vista una baba del diablo. Con seres así no se puede practicar coherentemente la beneficencia, por eso en las sociedades filantrópicas las autoridades son todas famas, y la bibliotecaria es una esperanza.
Desde sus puestos los famas ayudan muchísimo a los cronopios, que se ne fregan."
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* El significado de la expresión "que se ne fregan" es "no se sienten interesados", "no les importa". "les importa un carajo"
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miércoles, febrero 01, 2012

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Su simbolismo esencial deriva de su metamorfosis por la cual el huevo se convierte en oruga y ésta , después de pasar por una fase de ninfa que participa de la rigidez e inmovilidad de la muerte en la que sufre grandes cambios metabólicos y morfológicos, renace en forma de insecto alado de colores rompiendo el esqueleto externo de la crisálida, atraído por la luz del Sol.
En la interpretación psicoanalítica de los sueños aparece a veces como símbolo de liberación y nuevo comienzo.

Contaba Homero que la psyché, el alma, sale volando del cuerpo del moribundo como si fuera una mariposa por lo que, desde la antigüedad se considera a las mariposas psicopompos, seres encargados de conducir a las almas hacia la ultratumba, al cielo o al infierno y están asociadas al “alma o psyché” que no se destruye con la muerte física.

En el cristianismo representan la resurrección y la inmortalidad  y también se las puede ver, dada la brevedad de su vida y  lo efímero de su belleza, como una representación de la vanidad de las cosas terrenales.

En la sutil cultura japonesa simbolizan a la mujer por su ligereza y esplendor cromático; dos mariposas juntas en Japón representan la felicidad conyugal.

Las fascinantes mariposas y su inmortal magia…
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Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

Poema XV
Pablo Neruda
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Conócete
Acéptate
Supérate

San Agustín de Hipona

Imagen: Anikout