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Mi admirado poeta Walter Faila recitando su poema Remembranzas de domingo
Mi admirado poeta Walter Faila recitando su poema Remembranzas de domingo
Una junta de adoquines se dilata en la calleja,
bajo el sol implacable de Santiago.
Declinan dos gestos a la vera de tus cejas
buscando explicaciones
en el silencio irascible de mi cráneo.
No hay máculas que borren tus sudarios
Ni brasas que consuman mi noveno cigarrillo.
Los laureles han quedado ya amarillos
y los chopos se durmieron desvelados de rocío.
Estoy diciendo que no vuelven los cauces de los ríos
a besar los pies de su madre en las montañas.
Que el viento no regresa después que ya se ha ido
ni los remos empujan dos veces igual agua.
Que no hay acero que soporten a las fraguas
ni flores que perduren con aliento de retoño.
Que remendando inventarios en las hojas del otoño
he quedado hurgando los vestidos de la infancia.
Estoy diciendo que hoy te extraño más que nunca
que es domingo de orfandad y de nostalgia.
Que ordeno mostradores en el sesgo de las horas
y no hay espacio que no tenga tu mirada.
Que sé muy bien que ya te has ido
Que la vida devoraste en la cena de los tiempos.
Que no regresan los pétalos perdidos
ni vuelven los rosales a crecer en el invierno.
Estoy diciendo que soy un perro herido
ladrándole a las manchas soez de tus luceros.
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