Dicen que hay un fantasma
que rodea tu sonrisa
que cuida tus desvelos
que protege tus anhelos
y tus caricias,
fantasma claro
que nadie ve,
mudo,
titánica fortaleza
que te aleja de mí,
que te arranca de mí
que rodea tu sonrisa
que cuida tus desvelos
que protege tus anhelos
y tus caricias,
fantasma claro
que nadie ve,
mudo,
titánica fortaleza
que te aleja de mí,
que te arranca de mí
una y otra vez
de mis abrazos,
de mis besos,
y deseos.
Dicen que la presencia
que llena esos olvidos
esos recuerdos malheridos
tus ausencias,
se parecen demasiado
a mi silencio,
a esos momentos
en los que con la fuerza vencida
me hago de tu sombra
de cada palabra que te nombra
para amarte sin medida,
en la incierta ternura encendida
con que me arrastro a tu lecho,
todo insaciable y desecho
por no saber cómo amarte,
sin saber cómo dejarte
y todo perdido en tus pechos.
Quizás sea sólo una casualidad,
sólo una coincidencia,
o una tardía maniobra del olvido,
lo cierto es que fantasma o no
sigo estando aquí,
mirándote de lejos
desangrándome como un preso
en mis propios silencios,
incapaz de leer
mas allá de mis soledades,
estas vacías realidades
que ahora
te nombran.
de mis abrazos,
de mis besos,
y deseos.
Dicen que la presencia
que llena esos olvidos
esos recuerdos malheridos
tus ausencias,
se parecen demasiado
a mi silencio,
a esos momentos
en los que con la fuerza vencida
me hago de tu sombra
de cada palabra que te nombra
para amarte sin medida,
en la incierta ternura encendida
con que me arrastro a tu lecho,
todo insaciable y desecho
por no saber cómo amarte,
sin saber cómo dejarte
y todo perdido en tus pechos.
Quizás sea sólo una casualidad,
sólo una coincidencia,
o una tardía maniobra del olvido,
lo cierto es que fantasma o no
sigo estando aquí,
mirándote de lejos
desangrándome como un preso
en mis propios silencios,
incapaz de leer
mas allá de mis soledades,
estas vacías realidades
que ahora
te nombran.
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