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De todas las palabras existentes,
quizás las palabras que más duelen,
las que más lastiman
y afligen,
no son aquéllas sembradas a destiempo,
o aquéllas que se lleva el viento,
sino aquéllas
que no se dicen.
De ellas tú tienes bastantes,
una colección de silencios y vacíos,
que llegan a ser como un río
por el cual navego
tan desorientado
tan lejos,
que cuando te encuentro
lo mejor de ese momento
ya se ha ido.
Quizás he sido yo,
empecinado,
a paso lento y cansado
como tantas veces
intentando rescatar los peces
de un mar casi desarmado
un mar de carencias
sin letras ni sonidos,
esos con los que decidimos
seguir amándonos
a paso vivo,
desde tu costado,
duro
enamorado,
como el mío.
De todas las palabras existentes,
quizás las palabras que mas duelen,
las que mas lastiman
y afligen,
no son aquéllas sembradas a destiempo,
o aquéllas que se lleva el viento,
sino aquéllas
que no se dicen.
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quizás las palabras que más duelen,
las que más lastiman
y afligen,
no son aquéllas sembradas a destiempo,
o aquéllas que se lleva el viento,
sino aquéllas
que no se dicen.
De ellas tú tienes bastantes,
una colección de silencios y vacíos,
que llegan a ser como un río
por el cual navego
tan desorientado
tan lejos,
que cuando te encuentro
lo mejor de ese momento
ya se ha ido.
Quizás he sido yo,
empecinado,
a paso lento y cansado
como tantas veces
intentando rescatar los peces
de un mar casi desarmado
un mar de carencias
sin letras ni sonidos,
esos con los que decidimos
seguir amándonos
a paso vivo,
desde tu costado,
duro
enamorado,
como el mío.
De todas las palabras existentes,
quizás las palabras que mas duelen,
las que mas lastiman
y afligen,
no son aquéllas sembradas a destiempo,
o aquéllas que se lleva el viento,
sino aquéllas
que no se dicen.
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