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Artista del mes...
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Camille Claudel
Aisne 1864 - Montdevergues 1943
Aisne 1864 - Montdevergues 1943
Su destino fue el trágico resultado que aúna un enorme talento, amores apasionados, abandonos, los convencionalismos y prejuicios de la época que le tocó vivir y un frágil equilibrio emocional y mental que hizo que sus últimos años de vida los pasara abandonada por todos sus seres más cercanos.
Camille Claudel nació el 8 de diciembre de 1864 con unas innatas dotes hacia la escultura que mostró ya desde su infancia modelando en barro a sus hermanos. Su inclinación hacia el arte no fue bien comprendida por su madre que lo considera una transgresión a las normas que debían de regir la vida de una mujer en la sociedad de finales del siglo XIX y se opuso firmemente a la decisión de su hija siempre. Tan sólo su padre y su hermano Paul, que con posterioridad sería un prestigioso poeta y diplomático, comprenden que Camille era una artista, una creadora con la necesidad de formarse en las técnicas de la escultura.
La Flautista
Con el traslado de su familia a París se le abre la posibilidad de comenzar su formación para lo que se inscribe en la Académie Colarossi. En 1883 Camille alquila un estudio juntos a unas amigas inglesas y conoce a Alfred Boucher, afamado escultor y filántropo, que ayudaba a los artistas jóvenes haciendo talleres para ellos en el barrio de Montparnasse reutilizando un pabellón de la Exposición Universal de 1878 y es a través de él como conoce a Paul Dubois, director de la Escuela de Bellas Artes.
Con Boucher y Dubois, se adentró en el realismo naturalista, un estilo en el que Camille se siente muy cómoda y realiza cabezas y bustos que tienen como modelos a sus familiares. Desde estos primeros pasos se empieza ya a apreciar en sus piezas, un estilo personal e innovador, con un alejamiento a la recreación fiel de la realidad hacia una búsqueda de la emoción a través de la exageración de los rasgos, para de esa manera acentuar el mundo de las emociones; a esta etapa corresponden sus primeras obras conocidas, siendo las más afamadas “La Vieja Helena” y “Paul con trece años”.
La Vieja Helena
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En ese mismo año se encuentra por primera vez con la persona que quizá más marcó su vida. En el taller de Boucher donde estaba trabajando, conoce a Auguste Rodin, de 43 años, cuando ella tenía 19 años.
El escultor que gozaba de renombre y había creado ya “El Pensador”, se sintió fascinado por las obras en yeso de Camille, apreciando en ella la fuerza emotiva que la caracterizó; sus piezas escapaban al academicismo para dotarlas de movimiento y transformaba las poses clásicas en nuevas formas de expresión de una gran viveza; una forma de modelar con la que Rodin se sintió al momento identificado. Poco tiempo después, Rodin le hace la propuesta de trabajar para él en su taller y ésta sería la forma en la que se convirtió no sólo en alumna, sino en su musa y amante.
Su historia de amor fue complicada, pasional y tormentosa. La relación sentimental que Rodin mantenía con Rose Beuret, causaba un profundo dolor a la joven Camille; ella sería un extremo en una relación a tres en la que tenía todas las de perder. Rodin jamás abandonó a la mujer con la que convivía, madre de su hijo y con la que contrajo matrimonio poco antes del fallecimiento de Rose. La relación con el escultor supuso para Camille el alejamiento definitivo de su madre y hermana que no aceptaban su vida bohemia y se avergonzaban con las habladurías que dañaban su reputación y su honor.
Retrato de Rodin
Sus primeros trabajos en el taller de Rodin, son magníficos bustos del escultor con su siempre personal estilo pero pronto deja a un lado su labor creadora para colaborar en las cada vez más solicitadas piezas de Rodin.
Juntos realizan numerosos encargos entre los que destacan “Los burgueses de Calais” y el monumental grupo escultórico “Las Puertas del Infierno” encargo, hecho a Rodin en 1880 para el futuro Museo de Artes Decorativas de París, que es cancelado y que el escultor mantiene en su taller haciendo añadidos hasta poco antes de su muerte; en la actualidad se encuentran en el Museo Rodin de París en estado incompleto y fundidas en bronce, vaciado que se produjo tras la muerte del escultor.
Los Burgueses de Calais
En 1888, Rodin alquila en el Boulevard d´Italie un taller llamado La Folie Payen para trabajar exclusivamente con Camille; su relación seguía en un incesante tobogán de crisis, distanciamientos y pasión que sin embargo en el aspecto de sus creaciones y colaboraciones artísticas era intensamente fecundo. Ambos se nutren el uno del otro llegando un momento en que no se apreciaba quién era el autor de las obras, si el Maestro o su Alumna, cuestión en la que Camille salía perjudicada ya que se consideraba que las piezas que realizaba Camille eran de Rodin.
Sin embargo, la realidad es que algunos bustos y retratos de Camille fueron firmados por Rodin con el consentimiento de ella y que el gran escultor como en el caso de su “Galatea” obra realizada en mármol, tuvo como modelo a “La joven de la Gavilla”, una de las principales obras de Camille Claudel modelada en terracota años antes.
En 1886, la escultora comienza su primera obra en gran formato que realiza en yeso, su magistral “Sakountala” que finalizará en 1888 y recibe por ella la Mención de Honor obteniendo el reconocimiento de los críticos de arte y los artistas. La obra de un gran dramatismo romántico, está inspirada en el drama lírico “Sakountala” del poeta indio Kalidasa, en el cual narra en siete actos, la conmovedora historia de amor entre Sakountala “La guardadora de los pájaros” y el rey Dusyanta, que se ven sometidos a una dolorosa separación como consecuencia de equívocos y la magia y después de años y de sufrimientos, vuelven a encontrarse en el Nirvana, tras haber sido separados en la tierra.
Para Camille, ésta era su gran obra, por ello en 1905 esculpió en mármol una versión a la que dio el nombre de “Vertumno y Pomona” que realiza con su característico y perfecto pulido y colocando el conjunto sobre una base de mármol rojo. En ese mismo año se fundirá en bronce varias versiones de la obra con otras proporciones a la que llamará “El Abandono”.
Vertumno y Pomona
En los últimos años junto a Rodin, Camille Claudel trata de alejarse de todo lo que supone en su vida el escultor. Busca un acercamiento al clasicismo de los antiguos “Cabeza de esclavo” como al renacimiento florentino “Joven romano”.
Posteriormente desarrolla y expande su talento moderno e innovador con la influencia en sus obras del art nouveau buscando la expresión plástica del movimiento en obras como “El Vals”.
El Vals
También se aprecia en esta etapa la influencia del “japonesismo” a través de los grabados ukiyo-e que fascinaron a los artistas europeos de finales del siglo XIX, y que ejerció una gran influencia en los pintores del movimiento impresionista. En 1883 comienza el proyecto “La Ola” inspirado en la estampa de Katsushika Hokusai “La Gran Ola de Kanagawa” que formaba parte de la serie “Treinta y seis vistas del monte Fuji”.
Es en 1887 cuando presenta la pieza de pequeño formato finalizada en ónice y bronce sobre un pedestal de mármol; en ella se aprecia el virtuosismo de una talla perfecta sobre un material difícil de esculpir dotándolo de movimiento y exagerando el tamaño de la ola con respecto al grupo de muchachas, enfatizando de esta manera, la confrontación del hombre con el mar.
La Ola
Su doliente relación con el gran escultor duró quince años y su separación en 1898 es reflejada en sus obras cargadas de un fuerte simbolismo dramático. En sus yesos y bronces de esta etapa narra su dolor por el final de su apasionado y turbulento amor. Ese doloroso momento de su vida, en el que comprende que Rodin jamás dejará a su mujer Rose ni sus otras aventuras, es evocado en “La edad Madura”, una alegoría del tiempo y las relaciones humanas.
La Edad Madura *yeso
De este conjunto escultórico Camille Claudel, realizó dos versiones; en la primera de ellas hecha en yeso, creada cuando aún mantenía su relación con el escultor, representa a un hombre de edad madura (Rodin) que es arrastrado por la vejez (Rose), mientras la juventud (Camille) intenta retenerlo con desesperación; la figura del hombre ligeramente inclinado hacia atrás, hacia la juventud, simboliza su estado dubitativo.
En esta representación la juventud retiene con sus manos el brazo de la figura masculina en su torso, mientras la vejez permanece separada, tan sólo su brazo abraza la inclinada figura masculina que tiene reposado su brazo sobre ella.
La Edad Madura * bronce
La segunda versión se realiza en bronce en 1902; en la escena la figura masculina, está atraída e inclinada hacia la vejez mientras tiende su mano a la juventud; la vejez lo abraza y los cuerpos desnudos están envueltos de drapeados que dan movimiento y rapidez a la marcha. La figura de la juventud está representada separada, con sus brazos extendidos queriendo retener la figura masculina, rogando no ser abandonada. De ella posteriormente Camille realizaría otras versiones a las que llama “La Implorante”.
La Implorante
Las diferentes versiones y estudios de esta obra, quizá la más famosa de la escultora, evidencian su gran talento, su maestría y el exquisito dramatismo que la envuelve y que lograba gracias a un perfecto dominio de las técnicas y a su enorme sensibilidad. A la par, se convierte en el reflejo del desgarro emocional y mental que supuso para Camille su ruptura con Rodin.
Sola y aislada del mundo, con sus gatos como única compañía, se entrega a la creación en una búsqueda constante de nuevas formas de expresión.
Perseo y Górgona
Comienza así su última etapa creativa en la que retorna al estilo neoclasicista del XVIII francés “Perseo y la Gorgona” y desarrolla tres ciclos de composiciones modernistas en pequeño formato que escenifican la cotidianidad “Las cotillas” y las “Chimeneas” que supusieron un desahogo a su precaria economía ya que tuvieron mucho éxito comercial.
En 1905 realiza su última exposición con 13 obras que la consagran definitivamente. La crítica es elogiosa y ve por fin el reconocimiento en los ambientes artísticos de su obra sin la sombra de Rodin. Esto coincide con un breve romance con el músico Claude Debussy pero el recuerdo obsesivo y envenenado de Rodin y el hecho de que Debussy estuviera unido a otra mujer hace fracasar la relación.
Profundo pensamiento
El reconocimiento en los medios artísticos, le llegó tarde; Camille Claudel estaba cansada y débil y pronto dio muestras de que su estado emocional y mental estaban muy enfermos. Empieza a ser asaltada por ideas paranoides y sufre brotes en los que destruye parte de su obra.
Así pasa unos años de autodestrucción y soledad hasta el fallecimiento de su padre, único familiar que siempre la ayudó y apoyó, el 3 de marzo de 1913. Una semana después, el día 10 de marzo, fue trasladada al sanatorio de Ville-Evrard por orden de su madre que había firmado los documentos de su ingreso. En documentos que se han hecho públicos hace pocos años, el doctor Truelle le diagnosticó "una sistemática manía persecutoria" y "delirios de grandeza" por los que se creía víctima de "los ataques criminales de un famoso escultor".
La Edad Madura *detalle
En julio de ese mismo año es trasladada al sanatorio de Montdevergues, lugar donde pasó encerrada treinta años; nunca más volvería a modelar ni esculpir. A pesar de las desgarradoras cartas que escribió a su familia en sus momentos de lucidez en las que pedía la sacaran de su encerramiento, en el otoño de 1943 la encuentra su muerte, olvidada y despiadadamente sola.
Sus cartas de auxilio en las que decía, -"Se me reprocha (¡espantoso crimen!) haber vivido sola”-, -"No he hecho todo lo que he hecho para terminar mi vida engrosando el número de recluidos en un sanatorio, merecía algo más"-, son el grito desesperado y de auxilio escritas a lo largo de su reclusión.
Pero el arte, su arte, brilla a través del tiempo. Su dimensión artística y su aportación a la escultura de finales del siglo XIX y primeros del XX, hoy se ve libre de los convencionalismos sociales a los que estuvo sujeto y se descubre intenso, moderno, e innovador.
Camille Claudel ha entrado en el Olimpo de los artistas, con un legado que nos muestra cómo es posible esculpir la emoción.
Camille Claudel
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