jueves, marzo 25, 2010
Lucas Cranach el Viejo. Adán y Eva
Estábamos en el paraíso. En el paraíso no ocurre nunca nada. No nos conocíamos. Eva, levántate. -Tengo amor, sueño, hambre. ¿Amaneció? -Es de día, pero aún hay estrellas. El sol viene de lejos hacia nosotros y empiezan a galopar los árboles. Escucha. -Yo quiero morder tu quijada. Ven. Estoy desnuda, macerada, y huelo a ti. Adán fue hacia ella y la tomó. Y parecía que los dos se habían metido en un río muy ancho, y que jugaban con el agua hasta el cuello, y reían, mientras pequeños peces equivocados les mordían las piernas.
Alberto Durero. Eva
2.
-¿Has visto cómo crecen las plantas? Al lugar en que cae la semilla acude el agua: es el agua la que germina, sube al sol. Por el tronco, por las ramas, el agua asciende al aire, como cuando te quedas viendo el cielo de mediodía y tus ojos empiezan a evaporarse. Las plantas crecen de un día a otro. Es la tierra la que crece; se hace blanda, verde, flexible. El terrón enmohecido, la costra de los vicios árboles, se desprende, regresa. ¿Lo has visto? Las plantas caminan en el tiempo, no de un lugar a otro: de una hora a otra hora. Esto puedes sentirlo cuando te extiendes sobre la tierra, boca arriba, y tu pelo penetra como un manojo de raíces, y toda tú eres un tronco caído. -Yo quiero sembrar una semilla en el río, a ver si crece un árbol flotante para treparme a jugar. En su follaje se enredarían los peces, y sería un árbol de agua que iría a todas partes sin caerse nunca.
Alberto Durero. Adán
3.
La noche que fue ayer fue de la magia. En la noche hay tambores, y los animales duermen con el olfato abierto como un ojo. No hay nadie en el aire. Las hojas y las plumas se reúnen en las ramas, en el suelo, y alguien las mueve a veces, y callan. Trapos negros, voces negras, espesos y negros silencios, flotan, se arrastran, y la tierra se pone su rostro negro y hace gestos a las estrellas. Cuando pasa el miedo junto a ellos, los corazones golpean fuerte, fuerte, y los ojos advierten que las cosas se mueven eternamente en su mismo lugar. Nadie puede dar un paso en la noche. El que entra con los ojos abiertos en la espesura de la noche, se pierde, es asaltado por la sombra, y nunca se sabrá nada de él, como de aquéllos que el mar ha recogido. Eva, le dijo Adán, despacio, no nos separemos.
Paul Gauguin. Adán y Eva
4.
-Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo. ¿Es que tu sangre y la mía se encienden a diferentes horas?. Ahora que estás dormida debías responderme. Tu respiración es tranquila y tienes el rostro desatado y los labios abiertos. Podrías decirlo todo sin aflicción, sin risas. ¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron, pues, de mi costado, no me dueles? Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño y me abrazas y me envuelves y te cierras como la flor con el insecto, sé algo, sabemos algo. La hembra es siempre más grande, de algún modo. Nosotros nos salvamos de la muerte. ¿Por qué? Todas las noches nos salvamos. Quedamos juntos, en nuestros brazos, y yo empiezo a crecer como el día. Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.
Gustav Klimt. Adán y Eva
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Jaime Sabines. Adán y Eva
lunes, marzo 15, 2010
"Cuando una persona desea realmente algo,
el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño"
Paulo Coelho
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Paulo Coelho
domingo, marzo 14, 2010
2
HOMBRES ENCADENADOS
" Para nuestra desgracia, el culatazo del progreso no sólo empaña la brillantez y eficacia de las conquistas de nuestra era. El progreso comporta inevitablemente, a lo que se ve, una minimización del hombre. Errores de enfoque han venido a convertir al ser humano en una pieza más- e insignificante- de este ingente mecanismo que hemos montado. La tecnocracia no casa con eso de los principios éticos, los bienes de la cultura humanista y la vida de los sentimientos".
Discurso Real Academia de la Lengua
*Fragmento
Miguel Delibes
1920-2010
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Imágenes: Robert Mapplethorpe
Mujer que te persigues, sin el mínimo paso.
con tu coraza oculta de sombras,
y el miedo, simulado y nostálgico.
Mujer que te haces muro
en la traición de los tiempos libertarios,
y esperas complacida,
el dulce agua que recorre por tus cántaros.
Si al menos la vida, quitara los vallados,
y una madrugada de luna, brotara de tus labios,
el silencio que esconde tu pensamiento frío,
la palabra bendita de tu aliento callado.
Si tu pecho soltara el temor de ese canto,
que alimenta la entraña del amor entonado,
y en burbujas bebieras, liberada y soberbia,
la inquietud de mi vaso.
Entonces... sin dudas ni plazos,
besaría tu tiempo, rozaría tu alma,
curaría tu herida, limpiaría tu llanto.
Entonces...
quedaría dormido
en tu piel de durazno,
con tu sueño en mis sueños,
con tu río en mi lago,
y el corazón florecido
como un capullo rendido
en el rosal de tus manos.
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Walter Faila. Mujer que te persigues
miércoles, marzo 03, 2010
Edvard Munch. El grito
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito ¡Todo!, y el eco dice ¡Nada!.
Grito ¡Nada!, y el eco dice ¡Todo!.
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada).
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
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José Hierro. La vida
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